¿Cómo saber si mi perro tiene otitis?
La otitis canina es una de las enfermedades más comunes en los perros. Los perros tienen el sentido del oído muy desarrollado y especialmente sensible. Un sonido que a nuestros oídos puede parecer de bajo volumen, a los suyos es de intensidad alta, es por ello que debemos prestar especial atención al cuidado de los oídos de nuestro perro. Si observamos que no para de rascarse las orejas, que parece molesto o incluso dolorido, y que últimamente segrega más cerumen de lo normal, puede que nuestro perro tenga otitis canina y debamos llevarlo al veterinario.
La otitis canina es la inflamación del oído, ya sea a nivel interno (parte no visible), medio (parte interna visible) o externo (parte externa de la oreja). Puede afectar a una de estas partes o incluso a todas, a un solo oído o a ambos. No obstante, la más común en los perros es la otitis externa, la cual hace referencia a la inflamación del epitelio de revestimiento del conducto auditivo. A modo de apunte, el epitelio auditivo es el encargado de reproducir las ondas sonoras.
¿Por qué se produce la otitis canina?La otitis canina puede producirse por varios motivos, no obstante las causas más comunes son las alergias, las bacterias, parásitos, cuerpos extraños, el propio perro, un rascado excesivo y brusco del propio animal puede provocarle traumatismos en el interior del oído y la consiguiente otitis canina o desórdenes de la queratinización
Síntomas de la otitis canina
Para saber si tu perro tiene otitis canina deberás fijarte muy bien en los síntomas. Los síntomas más comunes que presentan los perros con otitis son:
- Sacudidas frecuentes de la cabeza y rascado de las orejas
- Si la infección solo ocurre en un oído, el perro girará la cabeza hacia el lado dañado o, en caso de perros con las orejas rectas hacia arriba, bajará la oreja afectada
- Aumento de cerumen
- Secreción de color amarillenta, marrón o negra
- Enrojecimiento del oído
- Fuerte olor a rancio en otitis ceruminosas o a putrefacto en otitis caninas graves
- Aparición de pus
- Cambios de comportamiento hacia una conducta agresiva, provocados por el dolor
- Pérdida de la audición en otitis graves
¿Cómo prevenir la otitis canina?
La mejor manera de prevenir la otitis canina es realizando una limpieza del canal auricular de tu perro una o dos veces al mes. Para limpiar el oído de tu perro, nunca utilices bastoncillos, utiliza gasas limpias. Antes de realizar la limpieza, revisa bien su oído para asegurarte de que no presenta ninguno de los síntomas anteriores. Si el oído está sano, empieza limpiando la parte externa de la oreja con una toalla humedecida con agua tibia y el jabón que utilices normalmente para bañar a tu perro. Limpia por fuera la oreja haciendo movimientos circulares suaves. Luego, sécala bien con otro toalla limpia.
Para limpiar el pabellón auditivo (parte interna visible), utilizaremos una gasa limpia. No utilices antibióticos ni otológicos sin recomendación veterinaria. Simplemente, cubre tu dedo con la gasa e introdúcelo con mucho cuidado, sin llegar al fondo, y limpia las paredes del oído de tu perro.
Para la parte interna no visible, existen productos específicos para la prevención de otitis canina, como limpiadores en seco, que podrás encontrar en tu veterinario.
¿Cómo le limpio las orejas?
Limpiar las orejas de tu perro es muy sencillo y lo puedes hacer tú mismo:
- Usa una gasa limpia, nunca bastoncillos de algodón.
- Limpia la cara interna de la oreja e introduce la gasa en el conducto auditivo sin profundizar para no lastimarle el oído interno.
- Por ultimo limpia la superficie y oído externo para quitar restos de cera o suciedad.
Cuidado con los baños:
Conviene que le limpies la cara interna de la oreja, evitando que se introduzca agua o jabón en el interior del conducto auditivo. Cuando laves al perro debes extremar precauciones en la zona de las orejas, utilizando un shampú especial para esta zona y evitando que entre agua o jabón en el interior para evitar alergias e infecciones.
Conviene que le limpies la cara interna de la oreja, evitando que se introduzca agua o jabón en el interior del conducto auditivo. Cuando laves al perro debes extremar precauciones en la zona de las orejas, utilizando un shampú especial para esta zona y evitando que entre agua o jabón en el interior para evitar alergias e infecciones.
Los oídos de los perros son un lugar oscuro y cálido que si acumula mucha humedad puede dar lugar a la proliferación de bacterias.
Por eso después del baño o cuando se ha mojado al salir a la calle sécale muy bien las orejas con toalla y secador (sin aplicar el calor directamente al conducto auditivo). Si tiene las orejas caídas puedes sujetarlas con una liga para el cabello y así evitar retener humedad.
Por eso después del baño o cuando se ha mojado al salir a la calle sécale muy bien las orejas con toalla y secador (sin aplicar el calor directamente al conducto auditivo). Si tiene las orejas caídas puedes sujetarlas con una liga para el cabello y así evitar retener humedad.
En caso de infección:
Si notas que el perro no se deja tocar las orejas, se rasca mucho esa zona, se sacude la cabeza o tiene mucha cera o le supura el oído llévale al veterinario porque puede tener infección u otitis. En estos casos, conviene extremar la higiene y cuidado de sus orejas, para ello, puedes ayudar a desinfectar las orejas limpiando la superficie con una gasa limpia empapada en una mezcla natural de un poco de agua, alcohol y vinagre.
Si notas que el perro no se deja tocar las orejas, se rasca mucho esa zona, se sacude la cabeza o tiene mucha cera o le supura el oído llévale al veterinario porque puede tener infección u otitis. En estos casos, conviene extremar la higiene y cuidado de sus orejas, para ello, puedes ayudar a desinfectar las orejas limpiando la superficie con una gasa limpia empapada en una mezcla natural de un poco de agua, alcohol y vinagre.
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